No hay nada que haga más feliz a un andaluz que aprovechar cualquier buena ocasión y salir de tapas en Sevilla. Se trata de una costumbre muy arraigada, tanto en Andalucía como en el resto de España, y conocida incluso fuera de nuestras fronteras. Tanto es así que Sevilla recibe cada año multitud de visitantes atraídos por nuestro inigualable tapeo.
Cuando salgas por Sevilla, te darás cuenta de que tan variadas son nuestras típicas tapas como las teorías que circulan por ahí acerca del origen del tapeo.
Teorías sobre el origen del tapeo
– Que si lo inventó Alfonso X el Sabio
Se cuenta que, durante una enfermedad, los médicos prescribieron al rey un tratamiento según el cual tenía que beber un par de copas de vino al día. Y, haciendo honor a su nombre, al monarca se le ocurrió acompañarlas de frugales comidas para evitar emborracharse.
– Que si lo inventaron los militares
Aunque la historia de Alfonso X fuera cierta, lo que no explica es por qué acabó recibiendo el nombre de tapeo. Pues bien, podría deberse al avituallamiento que, allá por el siglo XVII, se les daba a las tropas militares en los lugares donde se detenían a descansar. Estas comidas se denominaban tapa (o etapa, palabra derivada del francés, étape).
– Que si lo inventaron los mesoneros
Pero nuestra teoría favorita es que el origen de las tapas en Sevilla se encuentra en la costumbre, muy extendida en las tascas del siglo XIX, de tapar el vino con una rodaja de jamón o de queso para que no cayesen insectos en el vaso. Como esas tapas acababan siempre comidas, se empezaron a usar pequeños platos, aunque se siguió entregando la rodaja de embutido para contentar a los clientes. La oferta se fue ampliando cada vez a una mayor variedad de aperitivos. Y así fue como, probablemente, nació el moderno tapeo sevillano.
Cuando salgas por Sevilla, te darás cuenta de que tan variadas son nuestras típicas tapas como las teorías que circulan por ahí acerca del origen del tapeo.
Teorías sobre el origen del tapeo
– Que si lo inventó Alfonso X el Sabio
Se cuenta que, durante una enfermedad, los médicos prescribieron al rey un tratamiento según el cual tenía que beber un par de copas de vino al día. Y, haciendo honor a su nombre, al monarca se le ocurrió acompañarlas de frugales comidas para evitar emborracharse.
– Que si lo inventaron los militares
Aunque la historia de Alfonso X fuera cierta, lo que no explica es por qué acabó recibiendo el nombre de tapeo. Pues bien, podría deberse al avituallamiento que, allá por el siglo XVII, se les daba a las tropas militares en los lugares donde se detenían a descansar. Estas comidas se denominaban tapa (o etapa, palabra derivada del francés, étape).
– Que si lo inventaron los mesoneros
Pero nuestra teoría favorita es que el origen de las tapas en Sevilla se encuentra en la costumbre, muy extendida en las tascas del siglo XIX, de tapar el vino con una rodaja de jamón o de queso para que no cayesen insectos en el vaso. Como esas tapas acababan siempre comidas, se empezaron a usar pequeños platos, aunque se siguió entregando la rodaja de embutido para contentar a los clientes. La oferta se fue ampliando cada vez a una mayor variedad de aperitivos. Y así fue como, probablemente, nació el moderno tapeo sevillano.
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